CHARLES MINGUS: MINGUS AH UHM (1959)
Un muy buen año para Charles Mingus y
para todos sus seguidores. En 1959 grabó otras dos obras maestras como "Blues
And Roots" (para Atlantic) y "Mingus Dinasty", también para
Columbia. En este disco, generalmente considerado como su obra mas equilibrada
y perfecta, Mingus utiliza como instrumento para la exposición de sus
teorías musicales un plantel excepcional de músicos, todos ellos fieles
seguidores de su particular religión.
Lo primero que el aficionado nota en esta
y otras grabaciones clásicas del Mingus de los 50 es el férreo y
probablemente dictatorial control del Mingus lider sobre el discurso
musical de los miembros del grupo. Ello era necesario porque en el genio creador
de Mingus ya convivian plenamente dos conceptos contrapuestos (libertad y
control) que proporcionaban a su música ese aliento puramente jazzístico pero de
una perfección formal inmaculada y cristalina. Por este método Mingus
extrae lo mejor de los músicos de la sesión. Nunca Horace Parlan ha
tocado tan bien, tan en su sitio, dotando a los distintos temas de una base
armónica tan sutil como efectiva. Tanto Booker Ervin ( Goodbye Pork
Pie Hat) como John Handy ( Open Letter to Duke)
proporcionan los mejores solos de su competente historial en los espacios que
los arreglos de Mingus dejan a la necesaria improvisación de los
instrumentos solistas. Por su parte, Shafi Hadi evoca eficazmente a
Parker en Bird Calls, y los trombonistas Dennis y
Knepper ejercen una función eminentemente contrapuntística pero sin
perder protagonismo como lo demuestran en Jelly Roll, proporcionando esas
referencias al jazz antiguo tan necesarias en un homenaje al pianista de ragtime
J.R. Morton.
Hablando de homenajes, en este disco todo
lo es. Aparte del mencionado Morton, tenemos a Ellington y
Johnny Hodges en Open Letter to Duke, Parker y el
be-bop en Bird Calls, Lester Young en Goodbye Pork Pie Hat
y, por que no, Mingus en Self Portrait in Three Colors.
También homenaje pero paródico y corrosivo en Fables Of Faubus,
dedicado con afecto a Orval Faubus, gobernador racista de Arkansas. No
conocemos testimonios gráficos de tan singular personaje, pero el tema de
Mingus tiene una fuerza descriptiva portentosa, retratando a un ser
profundamente repugnante y ridículo.
Por último resaltemos dos hechos más: la
presencia de un batería excelso como Dannie Richmond, el mas fiel de los
Mingusianos. Y la atonalidad, un factor de decisiva importancia en posteriores
obras de Mingus cuya casi total ausencia en esta grabación la configura
como una de las obras más accesibles del maestro. Un inmejorable lugar por donde
empezar a amar su inmortal música.
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